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                   Foto  e biografia: 
                    https://www.google.com/search?q=GUILLERMO+VISCARRA+FABRE 
                    
                  GUILLERMO VISCARRA  FABRE 
                  ( Bolívia ) 
                    
                  Guillermo  Viscarra Fabre , nascido em 23 de junho de 1900, em Sorata , falecido em 1980 em La Paz , foi  um autor, poeta e pacifista boliviano. 
                  Viscarra  Fabre nasceu e cresceu na aldeia de Sorata , filho de Francisco Viscarra e  Carmela Fabre. Ele foi um dos poetas e autores mais conhecidos da Bolívia  durante o século XIX. Ele escreveu vários livros e antologias durante sua vida.  Ele também apareceu no primeiro filme mudo da Bolívia Wara Wara (1930). 
                  Livros  publicados: 
                    1916 – Halcón; 1926 – Aruma; 1926 – Los más mejores versos de los más peores  poetas; 1938 – Clima; 1941 – Poetas novos de Bolívia – La Paz; 1949 – Criatura  del Alba; 1966 – Nubladas núpcias; 1970 – O jardim de Nilda; 1974 – Cordilheira  de Sangue; 1975 – Andes. Editorial  Universitaria: Santiago – Chile; 1975 – Antología del cuento chileno-boliviano.  Editorial Universitaria: Santiago – Chile. 
                    
                  TEXTO EN ESPAÑOL – TEXTO EM  PORTUGUÊS 
                    
                  
                  BEDREGAL, Yolanda.  Antología de la poesia boliviana. La Paz: Editorial Los Amigos del Libro, 1977.  627 p.   13,5x19 cm.   
                      Ex. bibl. Antonio Miranda                                                       
                  
                  Pintura  de Pérez de Holguín:  
                  Nuestra Señora – Virgen María  
                    
                  EL SANTO DE LA  ROSA 
                     
                  (Pintura de Pérez de Holguín) 
                    
                  Sin sueño el ojo al lado de la pena 
                    y el corazón ardiendo en rojo leño, 
                    quedóse sin la roa y si el sueño 
                    mascando un pan de soledad y arena. 
   
                    Como es al hambre el masticar la pena 
                    siendo raíz y desgajado leño, 
                    sin lágrimas el ojo que, sin sueño, 
                    no es más que hueco pálido de arena. 
   
                    Puede venir quienquiera por el viento 
                    —paloma de alegría o sufrimiento— 
                    al alma erguida y nunca temerosa. 
   
                    Y nadie de este sueño le despierta 
                    que más que sueño es un dolor alerta 
                    sin el sueño siquiera y sin la rosa. 
   
   
  CANCIÓN  DE CUNA 
   
  ¿Qué ciudades destruídas, qué hombres y bosques muertos, 
    qué niños doloridos, qué sal y qué ceniza, 
    qué espadas de perfume, qué música celeste 
    empujarán mi piel como quebrados huesos? 
   
    En esta noche con olor de sangre de árboles y de aves, 
    mojada de luceros horriblemente tristes, 
    con un recuerdo de ataúd en mis huesos, 
  ¡qué voz viene tanteando los muros como un ciego! 
   
    Más allá de la lógica de las montañas blancas, 
    más allá del discurso tartamudo del plomo 
    y de la muchedumbre de estatuas de la niebla, 
    más lejos de este cielo escrito por los pájaros 
    una voz de jardines canta una canción antigua. 
   
  "Duérmete, dulce niño, 
    duérmete en el orvallo de los blancos cabellos, 
    de Guelrain es "niña de cabellos de lino". 
    Duérmete, nardo pena, lucero derramado, 
    río de sangre clara de vegetal alegre humedecido 
    polvo de oro en los negros caminos de los hombres, 
    agua de sol cuajada en el canal de roca, 
    delgado ángel del aire en aire lavado". 
   
  "Duérmete en el orvallo de los blancos cabellos 
    —ensartadas gaviotas por un hilo de llanto— 
    me golpea las sienes y el corazón te habla. 
    Duérmete, dulce niño, 
    duérme en el orvallo de los blancos cabellos 
    de Guerlain es "niña de cabellos de lino." 
   
   
   
  PAISAJE ANDINO 
   
  Una hilera de camellos 
    arrodillados de miedo 
    son esas lomas distantes 
    en el pretil de la pampa. 
   
    La media muna del lago 
    curvado en arco celeste 
    dispara flechas rosadas 
    de parihuana veloces. 
   
    En el dorado oleaje 
    de las cebadas maduras 
    agitan sus panderetas 
    de cascabel las perdices. 
   
    Y sobre el lomo arrugado 
    de un bloque de piedra negra 
    cruza el cohete encendido 
    de un lagarto de esmeralda. 
   
    Más allá de los barranco 
    sobre el metal de las rocas 
    suenan los cascos de plata 
    del potro de la tormenta… 
   
    Mientras sostiene la seda 
    del alto cielo encendido 
    la estupenda cornamenta 
    del rebaño de los Andes. 
   
 
                  CORDILLERA DE  SANGRE 
                     
                    I 
                       
                      Aquí estamos a solas  construyendo la patria, 
                        en este hachazo rojo de la insigne montaña. 
                        Hace muchos milenios, milenios y centurias 
                        que construimos la patria con clavas y con hachas, 
                        con cinceles de silex, con nuestra propia sangre, 
                        con el rosario del líquido de nuestras propias lágrimas. 
   
                        Mucho antes del principio de todas la memorias, 
                        cuando las aguerridas y viejas dinastías; 
                        apretados al flanco de estas ocres montañas 
                        convertidas en quietos sacerdotes vestidos 
                        de sangre, coronados de diademas de fuego, 
                        esta cuenca rodeada de fieras cordilleras 
                        semejantes a aeróstatos inflados de silencio, 
                        como desmesuradas hembras embaraçadas, 
                        ya estaba concurrida por novicios y diáconos 
                        recogedores de oro para cincelar idosos; 
                        para labrar dalmáticas que vistan al egregio 
                        pontífice del templo solar de Tiahuanaco. 
   
                        Acaso colindábamos por puentes invisibles 
                        con esos misteriosos escultores perdidos 
                        en el añil del cielo de la Isla de Pascua, 
                        y desde los confines del sud nos integrábamos 
                        al coro pentatónico que venía del norte, 
                        de los adoratorios de Uxmal y Chichén-Itzá: 
                        desde esa edad remota bronca de las bocinas 
                        de grandes caracolas y de cuernos de bestias 
                        fabulosas, estamos constituyendo la patria 
                        de los hijos de nuestros propios hijos. 
                        ……………………………………………………………………….. 
   
   
                        
                  TEXTO EM PORTUGUÊS 
                    Tradução de ANTONIO MIRANDA 
                   
                    
                  O SANTO DA ROSA 
                     
                  (Pintura  de Pérez de Holguín) 
                    
                  Sem sonho o olho ao lado da  pena 
                    e o coração ardendo em madeira rubra, 
                    ficou sem a roda e sem o sonho 
                    mascando um pão de solidão e areia. 
   
                    Como é a fome o mastigar a pena 
                    sendo raiz  destacada lenha, 
                    sem lágrimas o olho que, sem sonho, 
                    não é mais que oco pálido de areia. 
   
                    Pode vir quem quiser pelo vento 
                    —pomba de alegria ou sofrimento— 
                    a alma erguida e jamais temerosa. 
   
                    E ninguém este sonho o desperta 
                    que mais que sonho é uma dor alerta 
                    sem o sonho sequer e sem a rosa. 
   
   
   
  CANÇÃO  DE BERÇO 
   
  Que cidades destruídas, que  homens e bosques mortos, 
    que crianças doloridas, que sal e que cinza, 
    que espadas de perfume, que música celeste 
    empurrarão minha pele como quebrados ossos? 
   
    Nesta noite com odor de sangue de árvores e de aves, 
    molhada por lumes horrivelmente tristes, 
    com uma lembrança de ataúde em meus ossos, 
  que voz vem tateando  os muros como um cego! 
   
    Mais além da lógica das montanhas brancas, 
    mais além do discurso tartamudo do chumbo 
    e da multidão de estátuas de névoa, 
    mais distante deste céu escrito pelos pássaros 
    uma voz de jardins canta uma canção antiga. 
   
  "Dorme, doce menino, 
    dorme no orvalho dos cabelos brancos, 
    de Guelrain é "menina de cabelos de linho". 
    Dorme, estrela da manhã, estrela derramada, 
    rio de sangue claro de vegetal alegre umedecido 
    pó de ouro nos negros caminhos dos homens, 
    água de sol coalhada no canal de rocha, 
    delgado anjo do ar no ar lavado". 
   
  "Dorme no orvalho dos cabelos bancos  
    —amarradas gaivotas por um fio de pranto— 
    me golpeia as têmporas e o coração falam. 
    Dorme, doce menino, 
    dorme no orvalho dos cabelos bancos 
    de Guerlain é "menina de cabelos de linho." 
   
   
   
  PAISAGEM ANDINA 
   
  Uma  fileira de camelos 
    ajoelhados de medo 
    são essas colinas distantes 
    no corrilhão dos pampas. 
   
    A meia muna(*1) do  lago 
      curvada em arco celeste 
      dispara flechas rosadas 
      de parihuana (*2) velozes. 
   
        No dourado fluxo de ondas 
        das cevadas maduras 
        agitam seus pandeiros 
        de cascavel as perdizes. 
   
        E sobre o lombo enrugado 
        de um bloco de pedra negra 
        cruza o foguete em chamas 
        de um lagarto de esmeralda. 
   
        Mais além do barranco 
        sobre o metal das rochas 
        ressoam os cascos de prata 
        do potro da tormenta… 
   
        Enquanto sustenta a seda 
        do alto céu iluminado 
        a estupenda cornadura 
        do rebanho dos Andes. 
   
 
                  (*1) Palavra indígena, significa: RESPONSÁVEL PELA  CRIAÇÃO DO CÉU E DA TERRA." 
                  (*2) parihuana- Flamengo (pássaro) andino.  
                    
                   
                    CORDILHEIRA DE SANGUE 
                       
                      I 
                         
                        Aqui estamos sozinhos construindo a pátria, 
                          neste machado rubro de insigne montanha. 
                          Há muitos milênios, milênios e centúrias 
                          que construímos a pátria com espetos e com machados, 
                          com formões de silice, com nosso próprio sangue, 
                          com o rosário do líquido de nossas próprias lágrimas. 
   
                          Muito antes do princípio de todas as memórias, 
                          quando as aguerridas e velhas dinastias; 
                          apertados a flanco destas ocres montanhas 
                          convertidas em quietos sacerdotes vestidos 
                          de sangue, coroados de diademas de fogo, 
                          esta cuenca rodeada de feras cordilheiras 
                          semelhantes a aeróstatos inflados de silêncio, 
                          como excessivas fêmeas grávidas, 
                          já estava concorrida por noviços e diáconos 
                          recolhedores de ouro para cinzelar idosos; 
                          para lavrar dalmáticas que vistam o egrégio 
                          pontífice do templo solar de Tiahuanaco. 
   
                          Acaso atravessávamos pontes invisíveis 
                          com esses misteriosos escultores perdidos 
                          no anil do céu da Isla de Páscua, 
                          e desde os confins do sul nos integrávamos 
                          ao coro pentatônico que vinha do norte, 
                          dos adoratórios de Uxmal y Chichén-Itzá: 
                          desde essa idade remota bronca das buzinas 
                          de grandes caracóis e de chifres de animais 
                          fabulosos, estamos constituindo a pátria 
                          dos filhos de nossos próprios filhos. 
                          ………………………………………………………………………  
                    
                  * 
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                  Página  publicada em julho de 2022 
                
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